viernes, 12 de septiembre de 2008

Performance de Intervención Urbana


A nadie le importa el cielo

Lugares a realizarce simultáneamente:
“Paseo de las esculturas” y las afueras del "Museo de Arte Contemporáneo", en la ciudad de Bahía Blanca.
Autora e Intérprete: Cielo Chaina Fotos: Laura Mondelo. Vestuario: Silvina Pedernera
Dirección: Lamberto Arévalo y Cielo Chaina Producción Artística: LoImprobableProducciones http://www.loimprobable.blogspot.com/

jueves, 11 de septiembre de 2008

Hace ya dos años que esta propuesta se viene gestando, con idas y vueltas, para lo cual la convocatoria ha funcionado como impulso para terminar de creer en ella. Desde el comienzo hubo fuertes interrogantes, la primera idea-fuerza es volver al lugar de origen, encontrarlo y redescubrirlo. Concretar la elección de haber partido y volver luego de la metamorfosis. El tránsito, el cambio. El despliegue de la mirada. Volver habiéndose despojado de miedos y limitaciones que encuentran su clímax en el habitar ave-mujer. La huella. Este lugar siempre diferente a la vez, que jamás deja de ser marca, camino y, a su vez, retribuirle la intensidad desde una acción conocida y cotidiana, como es tomar mate en el Paseo de las Esculturas, aunque atravesada por la mezcla del acto-poético y el acto-teatral.

miércoles, 10 de septiembre de 2008




Performance entre el tiempo, la libertad y el vuelo

Como marco filosófico el encuentro entre Artaud, Deleuze, Paul Valery y por qué no muchos otros.
Reunir la partida, la oscilación, el descanso, la cara de la mujer pájaro, el ave-silencio, la escultura-mate.
Un viento que trae un ave y el despliegue de la libertad que fluctúa entre lo que se quiere, lo que se siente, lo que se debe, lo que se puede, lo que se piensa y el sol ...
Lo que hay, lo que deja huella … En la huella de la mujer pájaro, el tiempo. Cuando el tiempo es pausa y la pausa búsqueda y la búsqueda deseo…
Un paseo del ave-silencio. Un paseo de muchos... y también del ave-silencio.
Una aclaración sobre la mujer-pájaro: su cola no será pesada, sino no podría volar. Reposa, pero jamás pierde vuelo.
Aparece una extraña sensación en cuanto al contacto con el cuerpo y las telas. La vibración de colores, el estallido burbujeante. Volátil y contundente. Una espalda sonora, los movimientos en combinación con el vestuario rozan lo musical...
A nadie le importa el cielo.